¿Sabes esa sensación cuando alguien te dice que eres "demasiado pasiva en la cama" y te quedas pensando si realmente hay algo malo contigo? Pues aquí va la verdad: ser pasiva en la intimidad no es un defecto, es simplemente una forma más de vivir tu sexualidad ✨
Vivimos en una época donde parece que todos deben ser súper activos y dominantes en la intimidad, pero la realidad es mucho más rica y diversa. Los roles sexuales no son una competencia donde hay ganadores y perdedores, sino una danza hermosa donde cada persona aporta su propia energía única.
¿Qué significa realmente ser pasiva en la intimidad?
Ser pasiva en la cama significa preferir recibir más que iniciar, disfrutar de que tu pareja tome la iniciativa y encontrar placer en la entrega y la receptividad. No es pereza, no es falta de interés, y definitivamente no es un problema que necesites "arreglar".
La pasividad sexual puede manifestarse de muchas formas: desde preferir que tu pareja inicie los encuentros íntimos hasta disfrutar más de recibir caricias que de darlas. Algunas personas encuentran increíblemente excitante dejarse llevar y confiar completamente en su pareja.
Dr. Barry Komisaruk, neurocientífico especializado en respuesta sexual, explica que "la receptividad sexual es una respuesta neurológica completamente normal que activa las mismas áreas de placer en el cerebro que la iniciativa sexual" (Komisaruk & Whipple, 2011). En otras palabras, tu cerebro está diseñado para disfrutar tanto dando como recibiendo.
Los mitos que necesitamos derribar sobre la pasividad sexual
Mito 1: "Las personas pasivas no disfrutan del sexo"
¡Por favor! Ser pasiva no significa ser un tronco. Puedes ser increíblemente receptiva, expresiva y sensual sin necesidad de tomar siempre la iniciativa. El placer no tiene nada que ver con quién mueve más las caderas o quién sugiere nuevas posiciones.
Mito 2: "Solo los hombres pueden ser pasivos"
Este mito viene de estereotipos de género súper anticuados. La realidad es que personas de todos los géneros pueden preferir roles más receptivos en la intimidad de pareja, y eso es completamente normal y saludable.
Mito 3: "Ser pasiva significa no comunicarse"
¡Falso total! Puedes ser pasiva en cuanto a la iniciativa pero súper activa en la comunicación. Expresar lo que te gusta, gemir, susurrar palabras dulces... todo eso es participación activa en tu propio placer.
Los beneficios ocultos de la pasividad sexual
Aquí viene lo bueno: ser pasiva en la cama tiene ventajas increíbles que nadie te cuenta. Primero, te permite conectar profundamente con tus sensaciones. Cuando no estás preocupada por "actuar" o liderar, puedes enfocarte completamente en sentir y disfrutar.
La Dra. Meredith Small, antropóloga especializada en comportamiento sexual, encontró que "las personas que se identifican como receptivas sexualmente reportan niveles más altos de satisfacción sensorial durante los encuentros íntimos" (Small, 2019). Básicamente, cuando te permites recibir, puedes experimentar sensaciones más intensas.
Además, crear un espacio para que tu pareja tome la iniciativa puede ser increíblemente excitante para ambos. Muchas personas encuentran súper atractivo tener esa libertad de explorar y liderar, sabiendo que tienen una pareja receptiva y confiada.
Cómo vivir tu pasividad de forma empoderada
La clave está en la diferencia entre pasividad elegida y pasividad por default. Cuando eliges conscientemente ser receptiva porque genuinamente lo disfrutas, eso es empoderamiento puro. Cuando eres pasiva porque sientes que "deberías" serlo o porque no sabes qué más hacer, ahí sí podríamos hablar de un área de crecimiento.
Comunica tus preferencias
Habla con tu pareja sobre lo que realmente te excita. Puedes decir algo como: "Me encanta cuando tomas la iniciativa, me hace sentir súper deseada" o "Disfruto mucho cuando me sorprendes con caricias inesperadas".
Sé activa en tu pasividad
Suena contradictorio, pero no lo es. Puedes ser receptiva y al mismo tiempo expresar tu placer, guiar sutilmente a tu pareja con gemidos o movimientos, y comunicar lo que te gusta sin necesariamente tomar el control total.
Cuándo la pasividad podría necesitar atención
Ojo, que también hay que ser honestas. Si tu pasividad viene de inseguridades, miedos o falta de conexión con tu propio cuerpo, entonces sí vale la pena explorar esas áreas. La diferencia está en si eliges ser pasiva desde un lugar de confianza y placer, o si lo haces desde la desconexión.
Algunas señales de que podrías beneficiarte de explorar más tu sexualidad: si nunca sientes deseo de iniciar, si no sabes qué te gusta realmente, o si sientes que "aguantas" los encuentros íntimos en lugar de disfrutarlos.
Encontrando el equilibrio perfecto en tu relación
Los roles sexuales más satisfactorios suelen ser fluidos. Esto significa que aunque tengas una preferencia natural hacia la pasividad, también puedes tener momentos donde sientes ganas de tomar más iniciativa. Y eso está perfecto.
La intimidad de pareja funciona mejor cuando ambos se sienten cómodos expresando sus deseos y preferencias sin juicios. Si tu pareja también disfruta de roles más activos, ¡genial! Tienen una compatibilidad natural. Si prefiere más equilibrio, pueden explorar juntos cómo crear esa dinámica.
Preguntas frecuentes sobre ser pasiva en la intimidad
¿Es normal que siempre prefiera que mi pareja inicie?
Completamente normal. Algunas personas simplemente tienen un estilo más receptivo, y mientras ambos estén satisfechos con la dinámica, no hay ningún problema.
¿Cómo puedo explicarle a mi pareja que disfruto ser pasiva?
Sé directa pero cariñosa: "Me encanta cuando tomas el control, me hace sentir muy deseada y me permite enfocarme completamente en las sensaciones que me das".
¿Ser pasiva significa que no puedo tener orgasmos intensos?
¡Para nada! La intensidad del orgasmo no tiene relación con quién toma la iniciativa. De hecho, muchas personas encuentran que pueden alcanzar orgasmos más profundos cuando se permiten relajarse completamente.
¿Debo forzarme a ser más activa para complacer a mi pareja?
Nunca te fuerces a ser alguien que no eres. En lugar de eso, comunícate abiertamente sobre lo que ambos disfrutan y busquen formas de satisfacer las necesidades de ambos sin comprometer tu autenticidad.
¿Puede cambiar mi preferencia por la pasividad con el tiempo?
Absolutamente. La sexualidad es fluida y puede evolucionar. Lo que importa es estar conectada contigo misma y comunicarte honestamente con tu pareja sobre cualquier cambio que sientas.
Reflexiones finales
Ser pasiva en la cama no es un defecto que necesites corregir, es una forma válida y hermosa de experimentar tu sexualidad. Lo importante es que sea una elección consciente que venga desde el placer y la confianza, no desde el miedo o la desconexión.
Tu sexualidad es tuya, y mereces vivirla exactamente como te haga feliz. Si eso significa disfrutar de la receptividad, de dejarte llevar y de confiar en tu pareja para que tome la iniciativa, entonces abraza esa parte de ti con orgullo.
Recuerda: la intimidad no se trata de cumplir con expectativas externas, sino de crear conexiones auténticas y placenteras. Y si tu forma natural de conectar es a través de la receptividad, entonces esa es tu superpoder sexual único 💫
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